Rubí

Los días pasan, los meses, los años, y el rojo ardor del rubí no se apaga, nunca es cubierta su gruta por telarañas, y aunque las manos de cristal que lo sostengan puedan romperse en pedazos, su brillo no se apaga, arrastrando con el el ultimo aliento de un perdido paraíso.
Ahora el frio se ha apartado, y en las lluvias de primavera aparece la esperanza bajo un rostro cubierto por mechones de un tierno color azabache,  nunca sentí algo tan profundo como lo que sentí en sus ojos, allí, perdido entre bosques de un oscuro otoño encontré venturinas de brillante color y entregándoselas a su dueña entre sonrisas cálidas di al desolado mundo un sentido.

Sin Titulo

¿Y tu me preguntas quien soy yo?
Te lo diré en pocos versos tierna presa.

Soy el ardor de un amor en vano,
una llama que nunca se consume
en el que lo ha anhelado.

Soy fría, de oscuros colores
busco entre las amarguras y la soledad
un jardín donde devorar corazones.

Acecho en las tinieblas a tu alma,
admiro su porcelana
y entre lloros de envidia la rompo,
la disgrego en pedazos de hiel vana

Hablan de mi entre estertores,
siempre te sigo por la noche
y dicen que la lluvia me llama.

Te seguiré hasta el fin de tus días,
y entre oleadas de densa amargura,
te seré fiel como nada mas en el mundo,
mas, no, no hablemos de dicha,
 que con ella siempre he sido dura

Engullido

Pasillos infinitos sin ninguna decoración,
ninguna orfebreria, ninguna puerta que de
a ninguna habitación,
pasos en tu espalda auguran un persegudor
y tu deseo de escapar roto en una leve ensoñación
mas, el tedio ha hecho de ti su presa,
ya no tienes salvación.

Angustia

Tinieblas en el futuro, pasado
a cachos y ahora antorcha ardiente,
las cenizas nublan la razón y
en todo este oscuro paramo sigues consumiendote
en lentos crepitares de ardiente dolor.

Consuelo

Brazos que comparten tu pena y hacen suyo tu dolor
brazos creados con perlas y zafiros,
en su fuego interior guardan estos brazos un tibio elixir
a sangre y dolor forjado, calmando y sanando 
todas las hieles de un corazón apesadumbrado.

Decepción

Latente sentimiento de una gélida daga
hundiéndose en el pecho, que no la esperaba,
frio que se propaga por todo tu cuerpo,
dolores mudos sin sentimiento
rompiendo con su aliento las esperanzas
y dejando en carne viva
pedazos de remordimiento.

Maldición

A través de un cristal al vaho consagrado
unos ojos de mirada fría pero acusadora
observan el vano paso de una larga hora
cual sirviente que su cometido ha olvidado

Tranquila y sin prisa ella al espejo  miraba
sus ojos el producían un destello errante,
que en su bella pupila siempre brillante
una nota de decepción en su reflejo esperaba

Asi pasaron las horas, buscando la nota perdida
sus ojos en eterna pena en el espejo se perdieron
sus pupilas todo el brillo del amanecer olvidaron
y sus ropas se tornaron una manta informe y raida

Pasan los años y el espejo en vaho mira acusando
a todo aquel que, cual narciso, su reflejo mira
atrayendo así los necios en mirada perdida
a una muerte lenta mientras sufren callando
los delirios de una mirada juiciosa
que siempre, por su brillo, sera hermosa

Olvidos

En la noche mas oscura, las tinieblas son una daga, ahogando mi tranquilidad en jirones de horror, mi vida en una habitación sin suelo, y allí, bajo manto de suspiros sin futuro oigo los martillos golpeando en repiqueteo onírico las miles de ideas de un segundo ya olvidado en mi juicio, así, la razón destruye sentimientos, en tinieblas frías y oscuras y sin ningún remordimiento olvida aguas mas turbulentas como si de nada se trataran, fría es la vida a su mirada, y su dominio ha extinguido hace ya tiempo todo viento en el reino de lo efímero e imperfecto.