El transeúnte

Y tras las cortinas que proporcionaba su mascara un mundo de misterios se escondía, en sumo ornamento quedaba entonces su mascara, como un enigma mas, escondiéndole de los que, si hubieran conocido sus objetivos, se hubieran interpuesto en su camino, y así continuo aquel peregrino de la noche, pareciendo un simple transeúnte a los ojos de su victima, acechando en soledad, sin encontrar nunca nada, ya que hace ya tiempo que no sabe que buscar.

Lentamente

Lentamente dejan los cielos de ser grises
lentamente vuelven de una extraña apariencia
y lentamente a esa extraña apariencia volverán,
asi, lentamnete toso se lo llevara el viento,
lentamente moriran las horas
lentamente los minutos y los años
y en este vortice de inmensidad,
todo es nada, y nada no tiene nombre,
lamas efímeras en el extraño tapiz de la no historia
velas apagadas que pudieron ser,
pero que nunca mas serán

Rafagas invidentes

Unos ojos encierra el viento, sus lagrimas me hacen percatarme de ellos, fría es su mirada y en el aliento que los acompaña se escuchan voces del eterno olvido, ven sin ver, y así, llorosos y mirando hacia el infinito viajan sin rumbo marcado, arrastrados por ráfagas de silencio que petrifican su mirada en el denso infinito.